jueves, 10 de mayo de 2012


Lágrimas de amor

                               Para Chabela, mi madre.


Mujer me recibiste con ojos llorosos
Acompañados de un vivido dolor
Y la alegría opaca angustia y miedo
Brotan sólo lágrimas de amor

Rodeado de tus brazos sentí tu calor
Como rayo atravesó mi cuerpo tu beso
Mi primer beso, lloré tan fuerte por ello
Y en mis ojos brotaron lágrimas de amor

Siempre fui lo más preciado para ti
Nunca viste defecto alguno en mí
Caídas tuve en cuerpo y corazón sentí dolor
En ti sólo brotan palabras y lágrimas de amor

El tiempo ha pasado y hoy estoy aquí
Y todo es porque tú con amor me trajiste a mí
Madre recibe mi abrazo con flores de color
Siempre en tus ojos vi sólo lágrimas de amor.



Marcelino Hernández B.
                                                  10 de mayo de 2012

sábado, 24 de marzo de 2012

NO SÉ QUÉ HACER

      No sé qué hacer


—No sé qué hacer, amigo.

— ¿Por qué dices eso, mujer? ¿Te pasa algo?

—Pues resulta que vivo dos vidas y a punto de vivir tres.

— ¡Cómo? ¿Cómo está eso, no entiendo?

Platicaban sentados, un hombre y una mujer, en el restaurante muy cerca de donde me encontraba. La pareja se ve que son muy buenos amigos y se conocen desde hace varios años. Platican con toda la confianza y la tranquilidad. La mujer es morena y de estatura mediana, de buen vestir; es decir, se ve elegante, que vive en la ciudad y de una posición económica estable. Su pelo es corto y pintado de un rojo bajito, el maquillaje es apenas visible y de sonrisa afable. Diría que trabaja en alguna oficina, tal vez de gobierno. El hombre, usa un vestuario casual: camisa de cuadros, pantalón de mezclilla y unos zapatos negros bajitos y muy bien peinado.

Siguen platicando y sin ocuparse de la gente que está cerca, pero estas ni siquiera se percatan de la charla:

—Te platico. Tú, conoces a mi marido y sabes que con él me llevo bien. No hemos tenido pleitos. Ambos nos entendemos: hay apoyo entre nosotros, en nuestros proyectos, en nuestros sueños y en las cosas que queremos hacer. Él nunca me ha faltado el respeto, lo quiero y me quiere.

— ¿Y luego, qué pasa…?

—Pero, aun diciendo que entre nosotros todo marcha perfecto, hay cosas que no encajan del todo bien. Como tú sabes, nosotras las mujeres no sólo necesitamos que nos escuchen, nos quieran, nos consientan con regalos, nos digan que nos aman; esto es tan sólo una parte de lo que una mujer necesita para sentirse bien.

—No entiendo. Entonces ¿Qué es lo que hace falta?

—Pues, que en las noches sólo platicamos un poco, ni siquiera nos miramos. A veces ya ni me platica del cómo le fue durante el día. Si yo le platico sólo contesta con algunas palabras cortas; luego se da vuelta para darme la espalda y se duerme. Pasan varias noches para que haya unos besos y alguna entrega de amor. Y se ha vuelto todo tan rutinario que ya no espero nada, nada nuevo. Es decir, que ni siquiera sé si espero que haya algo.

— ¿Y eso qué quiere decir?

—Desde hace un par de años salgo con un amigo y es con él con quien vivo todos esos momentos de entrega, de entrega sin restricciones, sin tapujos, sin miedos, sin condición, sin…

— ¡Para! ¡Espera….espera! ¿Qué estás diciendo? ¿Me estás diciendo que tienes un amante? Eso no lo puedo creer y menos de ti. ¡Jamás me lo hubiera imaginado! Pero,… ¿qué vas a hacer, mujer?

—Hasta hace unos meses me había acostumbrado a esta vida: vernos ocasionalmente y llegar a mi casa, atender a mi marido en una forma más amable, más tolerante, más cariñosa y hasta más comprensiva. También creo que mi marido sabe que hay algo o alguien quien me hace actuar distinta; pero calla. En ocasiones siento cómo me observa de una forma interrogante.

— ¡No, no, no me digas que hay alguien más! Eso sí que no lo puedo creer.

—Por cuestiones de trabajo me enviaron a una reunión fuera del estado. Asistí. Expuso un hombre que, desde la primera palabra enunciada, me impactó. Me quedé embobada escuchándolo hasta la última palabra. Me pareció un hombre inteligente, interesante, atrayente. No, no sé qué me pasó, me dejó impactada. No perdí ocasión para pedirle su correo electrónico y darle el mío. Le dije que me había gustado su participación, que estuvo genial, interesante y novedoso. No recuerdo qué más le dije. Al regreso de la comisión me llevé la sorpresa de me había dado de alta como uno de sus contactos. Me gustó. Así comenzaron las charlas. Primero pregunté de él: sobre su vida personal, familiar. Supe entonces que era casado, con tres hijos, un matrimonio estable. Le comenté que yo también estaba casada y con un buen hombre, comprensivo, cariñoso y que nuestra relación está muy sólida. Creo que le mentí un poco. Ni siquiera sé por qué no de le dije la verdad.

— ¡No, amiga! Me has dejado sin palabra. No sé qué decirte. Sigue. ¿Qué más pasó? Ya, sigue contando.

—Así fue como comenzamos a chatear por la web. Poco después comencé a extrañarlo mucho, sólo abría mi correo para buscar algún mensaje suyo o comenzar la charla, charlas que de repente eran interminables. Ni siquiera quiero despedirme, más bien, no quiero dejarlo. Él me tiene anonadada, y es por todo lo que me dice o lo que me manda: música, poesía de él o de algún otro poeta; o sus cuentos. Me tiene como adormilada, me tiene enamorada.

—Ay, no. No me digas eso. Ahora sí que me va a dar un infarto.

—Pues es muy curioso, raro, extraño; todo esto. A veces creo que Dios nos puso en el mismo camino.

—No, eso no es cierto. No creo que creas que Dios hace esto.

—Ha sido tanta la coincidencia, incluso me mandó una canción que se titula así: "coincidir", que se ha convertido en mi favorita. Pues sueño con él: imagino que está a mi lado acostado, que en las mañanas preparo el desayuno para él y desayunamos juntos, después vamos a trabajar y encontrarnos después. Yo me imagino caminando por la sala recién bañada, perfumada, con una bata delgada, provocativa y verlo cómo me desea. Que los fines de semana él prepara el desayuno, me sirve la comida, platicamos, salimos a caminar juntos; en la tarde, comemos en algún restaurante, vamos al cine o, nos quedamos en casa y disfrutamos de alguna lectura o de una buena película.

Sí, estoy viviendo mi sueño. Vivo un sueño hecho realidad.

— ¿Verdad que no estoy loca? Dime que no lo estoy.

—Ay, mana, cómo decirte que no lo estás, pero todo esto es una verdadera locura.

—Ah, esto no es todo.

—¡¡¡¡¡Nooooooooooooo!!!!!! Pues ¿Hay más?

—Sí, un poco más. Este fin de semana, o sea mañana, viene a verme. Siento tanto nervio y no sé qué hacer.

—Ay, mana, no sé qué decirte. Suertuda.

—Tengo tantas ganas de verlo. Pero estoy aterrada.

—Ay, amigis. Mejor descansa bien esta noche y le consultas a la almohada porque lo que es yo ni siquiera tengo palabra. Me dejaste sin habla. Yo ya quisiera tener tantita suerte como tú.


Marcelino Hernández Beatriz.

Marzo 2012


Cuento publicado en Antología de cuento breve. serieal Estaciones. Grupo editorial BENMA. Marzo 2012

viernes, 23 de marzo de 2012

ESTE ES MI MUNDO

Este es mi mundo

Miro mi mundo que he construido
a base de palabras, ideas y sueños
cada palabra en su justo momento y significado
tan exacta, tan pefecta y tan iluminada

Cada idea con el verdadero sentido de la realidad
la realidad que es simple y con mis propios colores
los colores más floridos que apiciguan mis dolores
porque toda la irrealidad para mí es toda la verdad

Vivo en mi mundo hecho con la verdad y la justicia
vivo en mi mundo con luz y sabores
no importa que haya sinsabores
todos, hombres y naturaleza hermanados.

Sueño que sueño en un mundo lleno de flores
donde soy uruga, soy viento, soy sol, soy ave
donde duermo, río, bailo, camino y canto
sí, este es mi sueño, es mi mundo, yo le pongo colores

Marcelino H. B.

lunes, 13 de febrero de 2012

amigo, amiga, nunca me fui

AMIGO, AMIGA NUNCA ME FUI



Amigo, amiga hoy te recuerdo aún más

Porque el día es un día especial a celebrar

Es el día, pero no más especial que tú

Y de mi amistad no he de callar



Te recuerdo en los caminos donde anduvimos

Te recuerdo en las calles donde platicamos

Te recuerdo en aquel lugar donde con la plática comimos

Te recuerdo en mis lecturas donde compartimos libros



A ti amigo te recuerdo porque siempre estuviste conmigo

Y hasta un mundo mejor, en sueños,  construimos

Siempre me diste lo mejor de ti

Y yo nada te di que no fuera del corazón



Amigos, amigas quiero con ustedes refrendar mi amistad

Aunque a veces no timbre el teléfono de casa o el celular

O tampoco recibas con frecuencia un mail

Pero te recuerdo en el tiempo, en la distancia: sin fronteras.



Muchos son los amigos que recuerdo

Los recuerdo por sus palabras, por sus acciones

Por su ejemplo, por escucharme, por apoyarme

También a ustedes, que ya fueron, los recuerdo.



Puedo impulsarte a siempre adelante a seguir

Si llegas aún más lejos, yo contigo he de ir

Tus triunfos también serán míos.

Si ríes seré feliz, si estás triste estoy ahí.



Amigos, amigas, estoy aquí.

Nunca me fui.



MARCELINO H. B.




sábado, 21 de enero de 2012

NO DIGAS NADA

No digas nada

No digas nada
Hoy quiero decir mucho
Me inquieta lo incierto
Y lo cierto le rehúyo

No digas nada
Para no romper el silencio
El silencio impenetrable y mudo
Grita en su interior

No digas nada
Porque todo está dicho
La mirada enumeró
Y mi rostro lo reflejó

No digas nada
Prepara tu palabra
La hora se acerca
Para romper la garganta

No digas nada

Estamos juntos y se romperá
El silencio se ocultará
Y la verdad no se callará

La hora llegó
Vamos todos a gritar
¡libertad! ¡libertad! ¡libertad!
¡no callarán la verdad!


Marcelino Hernández B.